martes, 7 de enero de 2014

El país de Terras Gauda





Como sabéis, durante unos días, la gran familia de El Restaurante de Carla hemos estado de descanso después de un año 2013 realmente agotador. Escogimos la Navidad para que nuestro personal pudiese aprovechar estas 'mini vacaciones' con la gente a la que más quiere, pero buscándonos un hueco para seguir haciendo cosas juntos sin el estrés del trabajo. Nos hicimos una estupenda comida y, sobre todo, una excursión apasionante a las Bodegas Terras Gauda.



Una gran bodega y una mejor gente

Terras Gauda fue fundada en el Valle de O Rosal, dentro de la Denominación de Origen Rías Baixas, con una producción inicial de 37.000 botellas de la cosecha 1990 y en la actualidad comercializa más de 1,5 millones de botellas. Es, sin duda, una de las grandes bodegas de nuestro país pero, os aseguro que no exclusivamente por la calidad de sus vinos.








Queremos agradecer infinitamente la invitación del pasado 27 de diciembre. Y lo agradecemos a todo el equipo que allí nos recibió capitaneado por Miguel de Tomás Fernández. José se encargó de darnos una cálida bienvenida y una muy agradable visita a los viñedos. Ana, profesional superior, hizo todo un derroche de conocimientos enológicos y supo impactarnos con la huella de 'la casa': constancia, ambición y afán de superación. También Javier, a pesar de su gripe, supo ser cordial, amable y cercano con todos y cada uno de los miembros del equipo de El Restaurante de Carla. A mí, humilde restauradora, conseguisteis darme otro empujoncito para seguir luchando, y a 'mi gente' le supisteis transmitir la enorme virtud de hacer las cosas con corazón. A la sobremesa de la comida se sumaron Antón, con su espíritu lleno de juventud y fuerza, y Jacobo, con su eterna sonrisa y, como todos, siempre pendiente de que nuestra estancia en la bodega fuese inolvidable y una excelente manera de terminar el 2013.





En definitiva: buena gente, buena comida, importantes enseñanzas, mucha admiración y un sentimiento de superación permanente del que salimos profundamente impregnados. Y, como no, una jornada llena de muy ¡buen vino! Me gustaría destacar de manera muy especial el La Mar, todo un descubrimiento. Un vino con 85% de uva Caíño blanco, 10% Albariño y 5% Loureiro. La uva Caíño se macera en frío durante más tiempo para aprovechar su alto porcentaje de piel, favoreciendo la extracción de los aromas. La primera impresión aromática es de carácter tropical, con recuerdos de mango y piña. Una auténtica delicia de vino.



La cata de La Mar fue la guinda del pastel para una visita a Terras Gauda que inundó nuestros pequeños corazoncitos de un gran, gran, enorme agradecimiento que quiero expresar en nombre de todo mi equipo y en el mío propio. Un enorme beso desde El Restaurante de Carla, vuestra casa en Moaña. Gracias de verdad y esperamos volver a veros pronto, un saludo.



Carla

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